Yo soy todo esto:

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Creo que me tomo demasiado en serio lo subjetivo. Y mis objetivos son tan irreales, que parecen subjetivos.

domingo, 19 de julio de 2009

C.P.Q.


Creì que todo iba a ser sensacional, pero fue más cómodo de lo que pensé. Creí que iba a dejar de extrañar al ver a quién más extrañé en mi adolescencia, pero me resultó tan extraño que ni siquiera lo viví. Pensé en hacer de mí un tipo interesante, pero me quedé sin palabras. Iba a hacerla reir con la vida patética que llevo, pero en realidad, quedó más identificada que yo. Había imaginado una chica igual a la que vi cuando me iba a visitarla a la salida del colegio, y fue tan igual que parecía diferente. Todo había cambiado menos ella.....y qué bien estaba eso. Vi a una suerte de recuerdo fìsico, que jamás se me había presentado, ni en sueños ni en realidad. Imaginá hacer tangible a la imágen de alguien hace tres años perdido... así de extraño. En realidad, no fue nada. En realidad, resolvi que eso era todo. Puedo apostar que fue solo coincidencia, que yo estubiera ahí, y ella también, y que ambos nos conocieramos mutuamente. Incluso puedo decir que no había por qué hablarle, si con solo verla era suficiente para calmar mi ansiedad por revivir el recuerdo, esa imágen que se degrada de tanto proyectarla en mi mente.


Tan igual, y tan diferente, concluí que no quería verla a ella, sino que me llevara con los ojos cerrados hasta esos cuartos luminosos que llamábamos aula, donde conocí al Cacique Seba, a la tìmida Ale, y al amor de mi vida Clau. También la conocí a ella, a Carolina Pérez Quinteros. Es extraño, pero cuando hablo de ella digo su nombre y su apellido como si fuera una sola palabra, como si se tratase de un nombre técnico, o un apodo demasiado largo.


A todo ustedes.... les presento a Carolina: