Yo soy todo esto:

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Creo que me tomo demasiado en serio lo subjetivo. Y mis objetivos son tan irreales, que parecen subjetivos.

sábado, 25 de octubre de 2008

NO TE DROGUES

TANTO

¡BASTA DE DROGAS! Me duele la cabeza y me tomo un Actrón de 600mg porque el otro ya no causa efecto. Las Cafiaspirinas me duermen y de tantas Aspirinetas me va a dar un infarto. Para la acidés el Renie es un chiste malo, y probé TIR de Bardal como remedio para la tos. El sábado me puse en pedo y me tomé medio litro de Hepatalgina. Para las articulaciones cambié el cartílago de tiburón por WD-40 y ahora estoy hecho una bisagra. Si me duelen los músculos me hago unas milanesas con puré de paracetamol, y de beber compré la lata de cuatro litro de Bisolbón Pediatra porque el otro no me gusta. Me hago nebulizaciones con la pecera y enemas con el motor a compresión para llenar el tanque. Ayer me dolía la muela y no sabía como calmarla. Hasta pastillas para baño probé. No me saqué el sufrimiento con nada, pero me quedó un aliento refrescante por doce horas. Y encima, no puedo dormir. Me tragué el frasco entero de esas pastillas de la lechuza, esas que te hacen torrar al toque. A la media hora estaba colgado de la cortina del baño. Vi una propaganda de uno de esos productos raros. Eso creí. Me chupé el pomo entero de Gimonte y al rato estaba tirando a mis hijos por el inodoro. Me dormí y cuando desperté tenía una resaca insostenible. Me chupé una naftalina y me fui a trabajar.

viernes, 17 de octubre de 2008

¡Mama Mía, Qué Cagazo!

La vida campestre resultó ser más incómoda para mí después de todo. No pienso contarte sobre las gallinas ni las vacas, porque no es precisamente eso lo que me llevó a escribir esto. Una noche muy oscura cayó para mí la primera vez que fui al campo. Dadas las condiciones, mi idea era dormir temprano. No había televisor, las estaciones de radio sonaban a lluvia y tampoco había instalaciones eléctricas como para tener luz, aunque sea. Con lo único que contaba era con los fósforos, una vela y un libro, todo sobre la repisa que estaba a un metro y medio de altura sobre mi cama, por si escuchaba ruidos extraños durante la noche. Preguntame para qué puse la vela ahí.
Ya acostadito y listo para dormir, empecé a molestarme. Los perros que Don Antonio había dejado como herencia a Doña Marta comenzaron a ladrar con euforia. Afuera, solo animales de granja que para ellos ya eran conocidos. Dentro de ese cuarto ni veía nada.
Los perros hicieron un silencio lúgubre tan concentrado que mis oidos se transformaron en un zumbido constante. De la nada saltó un recuerdo terrorífico de una carcajada. Siempre había sentido miedo a la risa de Don Antonio, tanto miedo que cuando murió sentí un alivio. Fue catastrófico el sonar de la puerta, que se abrió con un ruido sordo y se cerró impactando como un disparo de bala. Me acordé de todos los santos y recé a velocidades extremas. Calculé que Dios no me había entendido lo que hablaba, porque los sucesos continuaron.
La oscuridad aún gobernaba, e incluso así sentía la presencia de alguien que me acompañaba. Sentí que se sentaba en el borde de mi cama y respiraba bajito, casi imposible de escucharlo. Intenté levantar el brazo para tomar los fósforos, pero el miedo me superaba y fue imposible hacerlo. No me movía, nisiquiera para respirar. Deseaba quedarme dormido o morirme, cualquier cosa que me sacara de ahí. Los nervios me taladraban el cuerpo, y quizás por eso di una patada eléctrica a la nada y ese cuerpo se movió. Quise gritar y no pude. Traté de luchar contra el pánico y dí un manotazo. Un maullido sonó y mi alma se calmó. Prendí la vela temblando y me di cuenta de todo: era ese gato hijo de puta.
A la tarde siguiente fui a la casa del vecino para ayudarlo, ya que éste estaba muy viejito y ya no le daban las fuerzas, y una vez caida la noche tomé mi bicicleta y partí rumbo a casa. En cuanto salí el perro me siguió unos metros y luego volvió. A poco de andar, me crucé con un hombre que, dado a la dencidad de la noche, reconocí cuando me saludó. Era el hermano de Don Antonio, que creí muerto ya que hacía mucho tiempo que no veía. Con una sonrisa dijo:-Ave María Purísima.- a lo que contesté:-Sin pecado concebida.-(Saludo campestre). Fue gracioso verlo con la camisa al revés, y me dí vuelta para verlo nuevamente, pero él ya no estaba.
La distancia entre cabaña y cabaña era de más o menos ocho kilómetros, y en bicicleta tardaba dos horas aproximadamente. Esa noche tardé tres minutos.
Nunca más volvería a salir de noche, y poco tiempo después decidí nunca más volver al campo.

sábado, 11 de octubre de 2008

Maldita Suerte

Hay una cosa que aprendí en esta vida, y que no creo que sea muy difícil de descubrir: Para vivir la eternidad se debe ser un pan de Dios. Para vivir la vida hay que ser un hijo de puta.
Salí de mi trabajo el jueves a la tarde, rondando las cinco. Debía tomar el 25 hasta la estación de Caballito y decidí dar la vuelta por otro camino, que queda a igual distancia. Al llegar a una esquina, un nene de aproximadamente ocho años se acercó a mí para pedirme monedas. Miré a su alrededor para ver con quién venía, y vi a su madre sentada en la esquina opuesta, cruzando la calle en diagonal. Busqué entre los elementos de mis bolsillos un puñado de monedas chicas, las conté, separé un peso para mi viaje en colectivo, y dejé en su mano el resto, que aproximaba la misma cantidad de dinero. Se fue contento y yo también, porque a pesar de ser una pequeñéz lo que acababa de hacer, le dejé una sonrisa a ese chico.
Al llegar a la otra esquina, donde debía tomar el colectivo, me di cuenta de que me había quedado corto. Le dí las monedas que eran para mi viaje en tren.
En otra de tantas ocaciones, una señora muy viejita había perdido las llaves en la calle. Yo la vi venir, pasar de la avenida a la vereda, justo donde había un bocacalle. Me acerqué a este y vi el objeto perdido a punto de caerse por el hoyo. -Acá están.-dije, y me agaché a levantarlas. Los $3'50 que llevaba en el bolsillo de mi campera cayeron, y se fueron al igual que mis ganas de vivir.
De estas historias tengo mil, por lo que calculo que ya tengo el cielo comprado. Qué mal que la paso a veces, eh.

viernes, 10 de octubre de 2008

CÍCLICO

Los años dejaron sobre los muebles una capa de polvillo que brota cada vez que los limpio. Una innumerable cantidad de veces dejé caer un plato para escuchar el sonido de algo distinto, algo que no sea la respiración de la heladera, la gente que pasa por la vereda, o la televisión (tan repetitiva que se puso). Ya no tengo idea de cuándo va a llegar el cartero, porque los cambian cada cuatro meses contados. ¿Te das cuenta? Cuento los días que dura un cartero porque ya no tiene sentido contar los días en los que hago exactamente lo mismo.
Da la impresión de que sería fácil predecir los acontecimientos. Con "Acontecimientos" me refiero a que se me hirvió el agua de los mates, se me quemaron las tostadas, me quedé sin agua en plena ducha, y estupideces como esas. Bien, acaba de llegar mi hermana y ya sé lo que va a suceder a eso: Atravesará el comedor sin saludarme, se va a derrumbar en el sofá y entre suspiros diré "ESTOY HECHA MIERDA". Acto seguido, ella queda dormida con la boca abierta babeando el control remoto.
Otro ejemplo un poco más complejo es cuando llega mi viejo: Toca bocina, salgo a abrir el portón, y mientras entra con el auto el perro, el gato, mi vieja o la abuela se cruzan y asustado mi viejo toca otro bocinazo en el garage y hace despertar al insoportable de mi hermano que baja enojado como si le hubieran mojado la cama.
Esos son los sucesos que ya no son sucesos. Esto es una película que se quedó sin final, y con el principio más aburrido del mundo. Es una ruta que llega a destino y se pasa de largo. Y yo sigo viajando.

¡¡ME QUIERO IR!!

jueves, 9 de octubre de 2008

AGUA Y ACEITE

Como el agua y el aceite, lo material y lo espiritual, lo personal y lo profesional, lo abstracto y lo concreto, la realidad y la fantasía, un tuburon con un delfín, dos polos positivos, como el codo y la nuca, Guns N Roses y Nirvana, lo privado y lo público, un cabeza cumbia villera y un flogger, David Gilmour y Roger Waters, una alcancía y un judío, La Gotita y los dedos, una bomba y un irakí, un disquet y un imán, Nazarena Velez y una cámara, un borracho y un auto.
JAMÁS DEBERÍAN SER JUNTADOS. PORQUE NO SE PUEDEN JUNTAR, PORQUE NO SE QUIEREN JUNTAR, PORQUE ARMARÍAN ESCÁNDALO O PORQUE SIMPLEMENTE CAEN MAL JUNTOS.

¡¡NUNCA PONGAS A LA MULA JUNTO AL CORNUDO!!