No había por qué abstenerme a tal jolgorio. Había sido una de esas oportunidades en que lo que más importa no es lo que uno piensa sino lo que uno haga, como en la mayoría de las ocaciones. Y ahora, yo pensé demasiado.... y no hice nada. Tomaba todo con fuerza, presionaba su nombre con mis dientes y me llevaba la bronca por tener esta maldita costumbre. Dejé que el aire que respiraba se llevara toda la ira que sentía por mí mismo. Me fui, y dejé todo eso atrás, porque no tenía el valor suficiente para enfrentar la situación. Que si vamos al caso, no era tan dificil de acercarme para hacer lo que tenía que hacer sin miedos a un fracaso sublime. Solo tenía que ir... y cagar.
Darío Sosa
1 comentario:
totalmente, actuar... sin pensar... porque a veces es mejor que las palabras... "a veces..."
no hay mas.
Publicar un comentario